Muchas veces se escuchan comentarios equivocados sobre los rayos y las protecciones contra sobretensiones. Abajo vienen unos ejemplos:

'De cualquier modo, no se puede hacer nada contra las descargas atmosféricas….” o “un dispositivo tan pequeño no puede proteger contra descargas….'

FALSO

Eso es la confusión clásica entre efectos directos e indirectos de una descarga atmosférica. El impacto directo, sí trae una energía instantánea enorme y deberá ser drenada a tierra por una estructura adecuada (pararrayos, jaula de faraday etc…). Los efectos indirectos son mucho menos energéticos aunque sean suficientes para provocar daños importantes en equipos. Las protecciones que protegen contra esos efectos están perfectamente adaptados para soportar ese energía de manera repetitiva.

“Una protección contra sobretensiones es un fusible….”

FALSO

En ningún caso, tienen el mismo papel, y, además, operan de manera totalmente diferente. En efecto, al contrario del fusible, la protección no se destruye en cada operación, y regresa a su estado normal después de cada operación (se usa de vez en cuando la palabra “rearmable”). Se puede considerar que la duración de vida de una protección es equivalente a la de los demás equipos de la red.

“Solo opera bien una protección con una buena tierra…”

FALSO

La condición imperativa de la buena operación de una protección es su conexión correctamente realizada a la red de masa de la instalación. El valor de la resistividad de la tierra deber ser conforme a las normas eléctricas en vigor.

“Tengo mi equipo protegido porque tengo una UPS…”

FALSO

Esa afirmación es inexacta. Existen dos tipos principales de UPS : los sistemas “On-line” (sistemas en serie en la alimentación) y “Off-line” (sistema en espera paralelo en la alimentación). Cuando ocurre una sobretension transitoria, en el primer caso la UPS puede ser dañado y, en el segundo caso, no tendrá ningún efecto.